Dentro de los servicios de limpieza técnica que ofrece Serlimar, empresa con más de 50 años de experiencia en el sector, está el tratamiento de suelos, que, como su nombre indica, va más allá de la mera limpieza de pavimentos, incluyendo en ello el pulido, abrillantado o decapado de superficies (mármol, terrazo, hormigón, piedra, madera, textil…). El resultado final no es solo la mejora momentánea de la imagen de las instalaciones donde se produce este servicio, sino también la facilidad de limpieza diaria posterior.
El tratamiento técnico de suelos en Serlimar implica distintas operaciones pues, si bien normalmente al contratar este servicio se suele pensar en el abrillantado de un suelo limpio, el tratamiento de suelos abarca muchos más conceptos: decapado, diamantado, pulido, fregado mecanizado, etc. A continuación, vamos a repasar las principales operaciones que se pueden realizar:
- Decapado. El decapado consiste en ir quitando capas de suciedad a un pavimento. Para ello se utilizan diferentes tipos de máquinas, principalmente una rotativa aspiradora o una fregadora. La primera, rotativa aspiradora, es la típica del pulidor, es decir, una máquina guiada por el técnico de limpieza con unos rodillos o estropajos que pulen el suelo a la vez que aspira mediante agua el polvo creado. La fregadora, en cambio, es una máquina parecida, manual o con conductor, que frota el suelo mediante giro a la vez que limpia. En el decapado se utiliza un tipo de químico según el tipo de suelo y la suciedad a eliminar. El decapado se puede realizar en cualquier tipo de suelo, si bien es muy habitual para el tratamiento y limpieza de suelos cerámicos antideslizantes en cocinas, en suelos cerámicos de oficinas o en suelos blandos.
- Abrillantado. Como su nombre indica, el abrillantado consiste en sacar brillo al suelo. Este tratamiento se realiza con una máquina rotativa que puede actuar mediante un disco de polvo de diamante o con producto químico. Dentro del abrillantado encontramos el encerado, especial para suelos blandos. El abrillantado es habitual en pavimentos de tipo mármol y terrazo.
- Fregado mecanizado. Corresponde a una limpieza de suelos mediante una máquina fregadora que también permite realizar pequeños decapados. Esta operación se puede realizar en cualquier tipo de suelo.
- Hidrolimpieza. Este tipo de tratamiento de suelos consiste en la limpieza mediante presión de agua en profundidad contra el suelo y se utiliza, sobre todo, para suelos exteriores en terrazas, entradas de inmuebles, patios y similares. Como ejemplo: suelos de pizarra de exteriores.
- Limpieza de textil (moquetas, alfombras…). Se trata de la limpieza específica de suelos textiles, para lo cual se utiliza una máquina rotativa que realiza el ‘champuneado’, es decir, el reparto de una espuma por toda la moqueta y sus poros para eliminar los ácaros y cristalizar el polvo que contiene, facilitando su aspirado posterior. Esta misma máquina, de inyección-extracción con depósito de agua, realiza ambas operaciones, pues inyecta el agua o producto jabonoso contra la moqueta y lo aspira a la vez. Esta limpieza es habitual en moquetas, tapizados, alfombras y felpudos.
El tratamiento de suelos no solo permite la mejora momentánea de la imagen de las instalaciones donde se realiza este servicio, sino también la facilidad de limpieza diaria posterior
Metodología de Serlimar y ejemplos
Serlimar utiliza un sistema estandarizado propio para el desarrollo del servicio y la mejora continua de procesos. En el caso del tratamiento de suelos, esta metodología se podría resumir en cinco pasos:
- Paso 1. Inspección visual del lugar. Permite no solo conocer las instalaciones del cliente, sino también detectar el tipo de suelo y el tipo de suciedad para saber la necesidad exacta de limpieza, como por ejemplo el tipo de maquinaria más adecuada, pues cada lugar tiene sus particularidades.
- Paso 2. Prueba de trabajo. Si bien no es siempre necesario, a veces es recomendable realizar una prueba de trabajo para saber el rendimiento y tiempo de limpieza.
- Paso 3. Ejecución del trabajo. Es la realización del servicio en sí, que implica no solo la realización del trabajo sino también atender a cualquier necesidad relacionada: saber dónde se realiza la toma de corriente y agua, seleccionar el producto químico a utilizar dependiendo de la suciedad; escoger un disco u otro según el suelo a pulir o trabajar…
- Paso 4. Visto bueno del cliente. Antes de recoger, el cliente debe comprobar que el trabajo se ha realizado correctamente y dar su visto bueno, sellando el parte de trabajo, una operación a día de hoy ya digitalizada en Serlimar. En el caso de que no esté presente el cliente, Serlimar también toma imágenes del antes y después como garantía e información hacia el cliente de la actuación.
- Paso 5. Limpieza y recogida de material. Una vez ejecutado el trabajo, es obligado que el personal de Serlimar limpie y recoja el material utilizado (maquinaria, herramientas, accesorios…). Si es necesario más de un día para este paso, debe tenerse en cuenta que el material debe dejarse ordenado y recogido en algún lugar concreto de las instalaciones para no molestar al cliente.
Si bien todos los sectores industriales son demandantes de este servicio, algunos son más habituales que otros. Entre ellos podemos citar los edificios de oficinas, inmuebles que se caracterizan por contar con grandes aparcamientos, zonas comunes con suelos de mármol y moquetas, que suelen contratar este servicios unas 4 veces al año. Otros clientes son las empresas de logística, que necesitan de mantenimiento de suelos de naves industriales mediante mopeado y fregadora unas 4 veces al año; colegios o guarderías, que requieren de decapados y abrillantados trimestrales o semestrales o en tiempos muy concretos (antes de empezar un curso, períodos de puertas abiertas…); o clínicas y hospitales, aunque este último caso suele ser bajo pedido.
Es difícil saber el tiempo exacto para realizar un tratamiento de suelos, pues este depende de los metros cuadrados a limpiar, el tipo de tratamiento elegido y el estado de la instalación. En cambio, el mínimo de personal especializado para llevar a cabo esta operación es de dos personas, “no por la limpieza en sí, sino por el hecho de cargar y descargar la maquinaria específica y todos los elementos que conlleva”, explica Juan García Rovira, técnico supervisor y responsable del equipo especialista de Serlimar, que es la unidad móvil encargada de servicios técnicos como el tratamiento de suelos, la limpieza de cristales, la limpieza de parkings, la finalización de obras u otras incidencias concretas.
Serlimar, el valor añadido en el tratamiento de suelos
Con sus más de 50 años de experiencia en servicios de limpieza industriales, Serlimar ofrece más de un valor añadido en el tratamiento de suelos. Para empezar, se trata de una limpieza técnica, es decir, es un trabajo que va más allá de lo que hace un operario de limpieza básico, pues requiere de un especialista y técnico que supervise las necesidades del tratamiento, y el uso de maquinaria y productos químicos específicos. Según la necesidad del cliente, la compañía recomienda este tipo de servicio y aconseja si debe ser diario, semanal, mensual, trimestral u otro, quedando reflejado así en el contrato. También se puede ofrecer este servicio de manera exclusiva para un momento concreto (por ejemplo, en la limpieza final de obra) y, por último, dependiendo de los recursos del cliente. Incluso es posible ofrecer este servicio en viviendas particulares.
Serlimar ofrece más de un valor añadido al tratamiento de los suelos, pues se trata de una limpieza técnica en la que emplea personal específico, maquinaria en propiedad y asesoramiento al cliente
En cuanto al personal específico, este debe tener una formación adecuada como especialista de suelos, sobre todo relacionada con la seguridad, pues en muchas ocasiones es necesario equiparse con equipos de protección individual, y con el tratamiento de productos químicos y el manejo de maquinaria. A diferencia de otras especialidades en la que sí existen cursos de formación reglamentados, como por ejemplo la limpieza de cristales en altura, en el tratamiento de suelos no es obligatorio. Por ello, Serlimar ofrece internamente estas formaciones de seguridad, así como de uso y mantenimiento de maquinaria. Además, según remarca Juan García Rovira, técnico supervisor de Serlimar, “la diferencia de Serlimar no solo viene marcada por el trabajo, el cómo lo hacemos, sino también por el trato. Debemos tener empatía con el cliente, escucharlo, saber de sus necesidades y mejorar el trato humano. Por ejemplo, tras un abrillantado aconsejamos al cliente no fregar cada día como rutina, sino pasar solo la mopa o la aspiradora, pues el fregado habitual lo que hace es rebajar el brillo, con lo que el pulido recién realizado durará más. Este pequeño detalle es lo que nos diferencia respecto a otros. Un equipo humano en el que confiar. Fidelizar al cliente para ser su partner de confianza en cuestiones de limpieza”.
El tipo de maquinaria también es otro valor añadido. Para estos casos, Serlimar dispone de varias máquinas en propiedad para hacer estos trabajos, desde máquinas de inyección y extracción, hasta máquinas de decapado, pasando por champuneadoras, fregadoras y rotativas para suelos o sopladoras de hojas. Es decir, no es necesario que el cliente las alquile. Incluso dependiendo del tamaño del cliente o de sus instalaciones, Serlimar ofrece el servicio de máquinas fijas en el lugar de trabajo. Lo mismo sucede con los accesorios. El técnico especialista debe conocer el tipo de tracción mecánica a realizar contra el suelo y si es necesario el uso de cepillos o pads y sus diferentes durezas (pad duro, pad blando…), o si deben utilizarse puntas de goma o de pelo en las aspiradoras de polvo, etc.
En definitiva, Serlimar valora las necesidades del cliente para diseñar un servicio de tratamiento de suelos que permita cumplir con sus expectativas, con un valor añadido que garantiza la calidad óptima del trabajo y el asesoramiento al cliente para proponerle un servicio técnico satisfactorio.
Para más información:
Departamento de Comunicación de Serlimar: comunicacion@serlimar.es
