Serlimar: el papel de los coordinadores y la motivación de equipos

Un equipo motivado es un equipo más productivo. Y una organización como Serlimar, que se dedica a facilitar el rendimiento de sus clientes mediante la adecuación de un espacio limpio e higienizado, también responde internamente a esta ecuación. Y lo consigue no solo mediante las habilidades propias de su equipo directivo, sino también a través de un grupo de mandos intermedios (supervisores y encargados de equipo principalmente) capaces de trabajar en equipo. En este post vamos a tratar el papel de los mandos intermedios y la motivación de equipos en Serlimar a través de dos ejemplos: Juan Liébana, supervisor en Madrid; y Yanella Mejusto, encargada en la Residencia Universitaria de Sarrià en Barcelona.

El sector de la limpieza en España sigue creciendo cada año, según los últimos datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y la Asociación Profesional de Empresas de Limpieza (ASPEL). Este sector genera unos 11.000 millones de euros, cuenta con unas 36.000 empresas y emplea a más de 570.000 trabajadores, en su gran mayoría mujeres y con un alto porcentaje de trabajadores de origen extranjero. Es, también, uno de los 10 sectores principales de las actividades de servicios, pues la labor de estos trabajadores es esencial para garantizar la seguridad y el bienestar de los ciudadanos, tanto en su entorno laboral como en el público. No hay duda, que el sector de la limpieza forma parte de la cadena de valor de los demás sectores económicos y que, gracias a su trabajo, los demás pueden desarrollar bien el suyo. 

Pese a esta esencialidad, existen algunos factores de mejora entre los trabajadores, como pueden ser el absentismo laboral, la falta de profesionalidad, o un mejor comportamiento en el trabajo debido al desencanto u otras razones. Para solventar estos aspectos, los encargados o responsables de equipos emplean entre sus habilidades directivas técnicas de motivación con el objetivo no solo de implicar a los empleados en sus tareas diarias, sino también de responsabilizarles e ilusionarles. ¿Cómo se actúa en Serlimar? 

Serlimar-Equipo-Coordinadores-Motivacion

Los mandos intermedios en Serlimar

Para empezar, citaremos algunas grandes cifras de Serlimar. La empresa cuenta actualmente con unos 600 empleados, divididos entre el equipo directivo y de estructura, supervisores (3 en Barcelona, 1 en Madrid y 1 de servicios técnicos), encargados (unos 40 responsables de centros), especialistas (unos 30) y limpiadores/as (más de 500). Dentro de los llamados ‘mandos intermedios’ podríamos incluir las categorías de supervisor de cliente, supervisor de servicios, y supervisor o encargado de centro, cuyas funciones corresponden a:

  • Supervisor/a de zona. Es la persona que tiene a su cargo la tutela de la cuenta de explotación y servicios de una zona geográfica con todos los clientes que se incluyen en la misma.
  • Encargado/a de centro. Es la persona que tiene a su cargo la tutela de un centro, con su respectivo equipo humano, y se encarga de supervisar que el protocolo de limpieza de esa instalación sea el correcto junto a los trabajadores de cada una de las instalaciones y cliente, estando pendiente de posibles necesidades que puedan surgir y de sustituir a los trabajadores que no pueden asistir a su puesto de trabajo por diferentes causas.

Para la Dirección de Serlimar, “nuestros supervisores y encargados deben ser personas muy empáticas, tanto con los trabajadores como con los clientes, ya que estos están en contacto directo con ambos. También deben ser muy flexibles, ya que las urgencias suelen surgir en días no laborables o en horas fuera del horario laboral. Y resolutivos, con los problemas que puedan surgir y que requieren una solución rápida o urgente”. Así mismo, deben aportar “responsabilidad en el trabajo, para que el resultado sea el más óptimo posible, y sobre todo trabajo en equipo, intentando crear el ambiente laboral más positivo posible”. Veamos los casos de Juan Liébana y Yanella Mejusto.

Un mando intermedio de Serlimar debe destacar en las siguientes habilidades y valores: ser empático, flexible, resolutivo y responsable, y crear equipo

Juan Liébana, supervisor de Madrid

Juan Liébana trabaja en Serlimar desde octubre de 2016. Con una experiencia laboral en el sector de la limpieza y de servicios de más de 20 años, entró directamente como responsable de la delegación de Madrid para potenciar una zona con altas posibilidades de crecimiento según los objetivos iniciales de la compañía tras su implantación en la zona centro unos cinco años antes.  Y así ha sido. Antes de la incorporación de Juan, Serlimar contaba con unos 30 clientes y unos 50 trabajadores. A día de hoy, la delegación de Madrid ha triplicado el número de clientes (sobre unos 90, sin distinción de su tamaño, necesidades y número de personal de limpieza) y Juan tiene a su cargo a unos 150 empleados. El grueso de estos son limpiadores/as, si bien también dispone de cristaleros, jardineros o personal auxiliar, además del personal administrativo y comercial de oficinas.

Como supervisor de Madrid, la gestión de equipos es “básica para el buen hacer de todos los servicios, puesto que la suma de una buena gestión y de la excelente mano de obra de los limpiadores/as es fundamental para alcanzar los objetivos requeridos por los clientes”, nos comenta Juan Liébana. Su modus operandi se basa en la proximidad. El contacto casi a diario con los responsables de centro y trabajadores, preocupándose por los aspectos laborales y personales, y una comunicación bidireccional siempre abierta, incluyendo tanto a los empleados como a la Dirección de la empresa, son aspectos esenciales. Solucionar incidencias, solicitudes y quejas, conociendo y analizando previamente cada situación, ponerse en la piel de todos (trabajadores, clientes…) o estudiar soluciones previas para evitar cualquier conflicto son comportamiento incluso de su forma de ser. “Un supervisor debe ser ejemplo para sus trabajadores. Intentar ser llano, transparente, cercano, no entrar en contradicciones e implicarse en el trabajo como uno más. Como responsable debes atender y subsanar cualquier situación lo más rápido posible, pero eso no quita que, pese al cargo, puedas ser un empleado más y si hay que coger una mopa, se coja”. 

Yanella Mejusto, encargada de centro en Barcelona

Como segundo ejemplo tenemos a Yanella. Cubana de nacimiento, es su segunda etapa en Serlimar. En 2018 y 2019 trabajó como auxiliar de geriatría. En 2021 regresó a la empresa para responsabilizarse de la Residencia Universitaria de Sarrià, gracias a sus estudios de gobernanta y experiencia en la supervisión de hoteles. Los inicios de esta segunda etapa no fueron fáciles. Estábamos en medio de la pandemia de la Covid-19, la limpieza estaba considerada como un servicio esencial, las tareas se realizaban con más empeño y en profundidad que nunca, no conocía suficientemente al personal porque acababa de entrar, había limpiadores/as de refuerzo, la anterior gobernanta no tuvo el tiempo suficiente de ‘entrenarla’, se acumulaban las bajas laborales… “una auténtica locura”, recuerda Yanella.

Yanella coordina y organiza todo el tema de limpieza y lavandería en esta residencia universitaria de Barcelona, cuyas amplias instalaciones están pensadas para facilitar el estudio y la formación a estudiantes de grado y postgrado, másters, opositores, doctorandos y profesores, con espacios creados especialmente para ellos según sus necesidades y comodidad: habitaciones, salas de estudio, salas de trabajo, biblioteca, salas de ordenadores, zonas de ocio y mucho más. A su cargo suele haber 10 personas, incluyendo personal de limpieza, especialista de lavandería, cristaleros y camarera o limpiadora de área. Y según el momento de la temporada (sobre todo al inicio y final de curso o en épocas vacacionales) se incluye un refuerzo de 5-7 personas más para realizar limpiezas de fondo. Sus  tareas principales son las de organizar calendarios y establecer rutas de trabajo, coordinar a su personal, coordinarse con el cliente y dar soluciones a los problemas diarios que puedan surgir, más allá de ayudar en la limpieza y la lavandería siempre que sea necesario. 

Por su experiencia, Yanella sabe que “la limpieza es un trabajo muy duro y mal valorado”, de ahí que una de sus primeras acciones fue la de crear un “equipo que se llevase bien, juntando a compañeras afines para que se sintieran a gusto entre ellas y trabajen mejor. Además, procuro motivar al equipo mediante una actitud de predisposición hacia el trabajo, de empatía entre nosotros mismos, con el resto de trabajadores del centro y con los residentes, de respeto hacia los compañeros, dialogante ante los problemas y de disponibilidad. Personalmente creo que se ha logrado y, aunque siempre puede haber alguien que no acaba de acoplarse del todo, estoy muy contenta con el resultado”. Tanto que cada viernes acostumbran a realizar una merienda de equipo en un encuentro algo más distendido.

Motivar a un equipo en una empresa de limpieza es un desafío, por lo que conviene implementar algunas estrategias para que el personal se sienta comprometido

Cómo motivar a un equipo

Motivar a un equipo en una empresa de limpieza es un desafío, ya que el trabajo puede ser considerado como repetitivo y físicamente exigente. En el caso de Serlimar existen varias estrategias que se implementan desde la Dirección o a través de los mandos intermedios para mantener a un equipo motivado y comprometido. Algunas de estas son: 

  • Establecer metas claras. Se definen metas específicas y realistas para el equipo, y se comunican de forma efectiva. De esta forma, los trabajadores tienen un propósito claro y entienden cómo su trabajo contribuye al éxito de la empresa.
  • Reconocimiento al buen desempeño. Los responsables no solo celebran los logros individuales o colectivos, sino que lo reconocen públicamente, lo que puede implicar recompensas o incentivos.
  • Fomentar la comunicación. Serlimar ha creado un ambiente de trabajo donde los empleados se sienten cómodos expresando sus ideas, preocupaciones y sugerencias, y anima a todos ellos a compartir sus opiniones. Este hecho les hace sentir valorados y contribuye a crear un ambiente de trabajo más positivo.
  • Proporcionar oportunidades de desarrollo. Serlimar ofrece programas de capacitación y desarrollo profesional, lo que permite a sus empleados adquirir nuevas habilidades y conocimientos para seguir creciendo y progresando en sus puestos de trabajo.
  • Fomentar el trabajo en equipo. Se promueve la colaboración y el espíritu de equipo y un ambiente positivo para mejorar la moral y motivación de todos los empleados.
  • Proporcionar herramientas y equipos adecuados. Serlimar asegura que cada empleado tenga las herramientas, material y equipos necesarios para realizar su trabajo de manera eficiente, preocupándose así por la seguridad y salud de sus empleados.

Serlimar es una compañía experta en crear ambientes agradables y limpios y su personal, como hemos podido comprobar, forma un equipo motivado y comprometido para que así sea. 

Para más información:

Departamento de Comunicación de Serlimar: comunicacion@serlimar.es

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