Historias de Serlimar: un reconocimiento a sus trabajadores

El pasado 19 de octubre, como cada año desde 2015, se conmemoró el Día del Agradecimiento al Personal de Limpieza. Serlimar, como empresa líder del sector, no ha querido ser menos y se ha sumado a esta iniciativa visibilizando el trabajo de tres empleados de su equipo operativo. Tres historias personales que reflejan los valores de sus trabajadores, unos valores compartidos por toda la organización.

El Día del Agradecimiento al Personal de Limpieza tiene como objetivo poner en valor el trabajo de todos aquellos que operan en el sector de la limpieza e higiene. Su origen se remonta al año 2015 en Nueza Zelanda, gracias a la iniciativa de una asociación local de comercio para empresas profesionales de limpieza de edificios. A partir de entonces, la iniciativa se ha ido popularizando de forma creciente y extendiéndose a diversos países hasta alcanzar su internacionalidad. 

En España, el sector de la limpieza  ha tenido su gran protagonismo durante la pandemia de la Covid-19, considerado como un servicio esencial y aplaudido a diario por todos los ciudadanos. Pero más allá de esa situación de crisis, el sector de la limpieza es un sector estratégico formado en su mayor parte por pymes y autónomos, así como por grandes empresas como Serlimar, que representa el 1,05% del PIB español. 

Otros datos de su importancia son que el sector de la limpieza facturó 10.577 millones de euros en 2021, según datos de la Asociación Profesional de Empresas de Limpieza (ASPEL), aumentando así la cifra de 10.200 millones de euros del ejercicio anterior 2020, datos que recoge el estudio Grandes Cifras del Sector de la Limpieza IFMA.  Además, el sector de la limpieza es una de las 10 actividades de servicios en términos de empleo, según la Guía de Proveedores del Sector, editada por la revista Empresa y Limpieza, que recoge datos del INE. También que más de 570.000 personas trabajan en alguna de las cerca de 36.000 empresas que conforman este sector. O que el 9% de los 5 millones de asalariados en el sector servicios corresponde a la limpieza. 

Historias personales de Serlimar

Serlimar, empresa con 50 años de experiencia en limpieza profesional, es a día de hoy uno de los referentes del sector. Cuenta con más de 500 clientes por toda España y más de 500 trabajadores, el 89% mujeres y el 11% hombres. Su equipo operativo es, sin duda, su valor más importante. Ya lo decía su fundadora, Marta Guasch, hace 50 años: “La empresa la hace grande el trabajador”. Un lema que sigue vigente a día de hoy con la segunda generación de la familia Guasch al frente, Alberto y Eva. Una dirección que agradece y reconoce la labor fundamental que realizan sus empleados, ejemplificada en las siguientes tres historias. 

Mª Carmen Corvo Collado: implicación y experiencia

Mª Carmen Corvo Collado, de 54 años, lleva más de 25 años en Serlimar. Infatigable en el trabajo, actualmente, y desde hace 15 años, es la encargada de limpieza en el Institut Català de la Retina (ICR), una clínica oftalmológica de referencia nacional e internacional, donde lleva más de 21 años. Anteriormente, estuvo 4 años como limpiadora en el colegio Maristas de Barcelona, también cliente de Serlimar. Su día a día no difiere de otras tantas trabajadoras. Entra a las 6.00 de la mañana para cumplir su turno de 8 horas. Eso sí, además de limpiar, como responsable se encarga de la gestión y necesidades de un equipo formado por entre 10 y 12 personas para 4 de los edificios del ICR en Barcelona, de los 7 que tiene en total en Cataluña.

“Empecé a trabajar en el ICR un 1 de noviembre -recuerda Mª Carmen-. Por aquel entonces, la clínica era tan solo una casita y estaba con otra compañera interna. Con la llegada de otra limpiadora empezamos a realizar turnos, trabajando sábados y festivos. A la vez que se ampliaban las instalaciones del ICR, con nuevos edificios, el equipo fue creciendo, por lo que pasé a encargada. Desde entonces, intento ayudarlas lo máximo que pueda en sus gestiones con la empresa, ya sea en relación a sus horarios, vacaciones, etc. Es decir, crear un equipo y ambiente de trabajo sano, pero exigente en el trabajo, porque a mí también me lo exigen”. Con Mª Carmen el ICR se ha convertido en una prueba de fuego. “Hasta me traen a compañeras para probarlas. Si funcionan conmigo es que son válidas para Serlimar”.

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Trabajo, constancia, organización, exigencia son las principales habilidades que debe tener un limpiador, sin olvidar que cada uno debe ser responsable de sí mismo. Habilidades que Serlimar toma también como valores de empresa

El trabajo ha cambiado mucho desde hace 25 años. Para empezar, “no es lo mismo la limpieza profesional que la limpieza doméstica. Es totalmente diferente. Hay que ser más meticuloso en las faenas y tener mucha vista. Y si bien no todo el mundo es perfecto ni nace enseñado, es un trabajo duro para el que no todos valen. El problema es que, siendo un trabajo muy rotatorio, no se le puede exigir lo mismo a una persona que viene dos días a trabajar a otra que está cada día”. Para cambiar eso es necesario más implicación. “Llevo más de 25 años en Serlimar porque estoy muy implicada en mi trabajo, incluso en cosas que no me corresponden, pero que he asumido. Eso me ha beneficiado. Tengo mucho trabajo, pero también la confianza tanto de mi lugar de trabajo donde estoy como de mi empresa. Y sé que yo puedo solucionar problemas a la empresa, pero también que la empresa responderá cuando la necesite”. Pero si una fecha marca esta evolución del sector fue la pandemia de la Covid. “Supuso una mayor exigencia, incluso más por parte del cliente que de la empresa. Exigencia que sigue a día de hoy. Hay que tener en cuenta que el ICR forma parte del ámbito médico, por lo que supuso de mayor exigencia, agobio y estrés. El desinfectante y la lejía iba de bólido. Hoy seguimos con la misma exigencia, aunque a un ritmo algo inferior”.

Javier Martín: pasión y compañerismo

La historia de Javier Martín es una historia de pasión. Extremeño de 53 años, lleva en Serlimar 10 años, actualmente como cristalero especialista, si bien empezó como limpiador en un colegio, con faenas de limpieza tanto en cocina como en aulas. Con un equipo formado por 4 trabajadores, más el jefe de grupo, se dedica a ir de ruta limpiando oficinas, obras nuevas, cristales, moquetas…

Sus inicios no fueron fáciles. Dejó su tierra natal por amor y se aventuró a venir a Barcelona para estar con su actual mujer, a la que conoció por Internet, y sin trabajo. Por suerte, y con ayuda de su familia política, pudo entrar en Serlimar hace 10 años… y desde entonces. Javier todavía recuerda como Marta Guasch, la fundadora de Serlimar, le decía siempre riendo que “había venido a Barcelona por amor, engañado por mi mujer. La señora Marta siempre me trató con mucho cariño. Hay que tener en cuenta que venía de un sitio diferente y no conocía a nadie. Todo eran nervios y algo de miedo, pero en Serlimar me acogieron perfectamente”.

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La limpieza profesional no es lo mismo que la limpieza doméstica. Hay que tener más vista y ser más exigente. Y la buena relación con el cliente es fundamental, pues facilita las labores de limpieza

Parte de esa buena acogida lo atribuye al compañerismo que impera en Serlimar. “Con los compañeros coges un cariño especial, lo que permite que poco a poco te vayas aclimatando y cogiendo confianza. Y aunque cada uno cambie de centro de trabajo se puede mantener esa relación. En mi caso, Serlimar ha sido como una familia en la que no encontrarme solo”, apunta Javier.

Javier, aunque con menos años que Mª Carmen, también ha visto un cambio sustancial en el sector de la limpieza, si bien él lo relaciona con un avance en aspectos de riesgos laborales. “Hay mayor seguridad que hace unos años y se utilizan productos mucho más ecológicos y menos agresivos para los trabajadores. Además, Serlimar siempre proporciona el material o equipamiento necesario para realizar tu trabajo de forma correcta y segura, como arneses, máscaras, trajes y similares”. Para finalizar, Javier apunta que “trabajo, constancia y conveniencia entre empresa y empleados son algunos de los valores de Serlimar”.

Rosa Ledesma: entrega y compromiso

Rosa Ledesma es una limpiadora de Serlimar en la Escuela Santísima Trinidad de Barcelona, en donde lleva ya 7 años. Su entrada fue por casualidad, según ella misma reconoce, tras quedarse sin trabajo como auxiliar de dentista. Dejado el currículo en las oficinas, y con la necesidad de encontrar trabajo, a punto de salir por la puerta solo pudieron ofrecerle una sustitución por un mes.  A los diez días, la fundadora Marta Guasch ya le dijo: “Usted trabajará con nosotros hasta que usted quiera”. Y así ha sido. Tras un breve paso por la Residencia Universitaria Sarrià y el Benjamin Franklin International School (también clientes de Serlimar a día de hoy), acabó en las Trinitarias, nombre con el que se conoce comúnmente el colegio. Allí se encarga de una de las tres plantas del edificio, así como de las zonas comunes, junto a dos compañeras más. Su horario es de tarde, de las 16 a las 21 horas. 

Tantos años en el mismo centro hace que “seamos muy apreciadas por el cliente” y que las anécdotas de limpieza sean divertidas y vinculadas con las actividades de un colegio: desde la limpieza de ‘experimentos’ en el laboratorio hasta la limpieza de chocolate en los días del ‘almuerzo solidario’. Por suerte, no es a diario. No obstante, la entrega y compromiso de Rosa le ha llevado incluso a organizar una iniciativa en el pasillo del colegio donde limpia. Con el visto bueno de Dirección, los tutores y el profesorado, deja bolsas de basura grandes en cada clase para que todos los recortes de manualidades que se hagan se dejen dentro de esa bolsa. Con esta simple acción, la clase está más limpia, ella tiene menos trabajo y los alumnos se sienten implicados y responsables de ese trabajo. Al finalizar la iniciativa, Rosa pasa por la clase más colaborativa para, entre todos, aplaudir la ayuda prestada. Ya lo dice Rosa: “Teniendo en cuenta que somos trabajadores prestados, quien realmente debe valorarte es el cliente. En este contexto, la buena relación con el cliente es fundamental, pues facilita las labores de limpieza. Consultar al servicio de limpieza debería ser primordial para mejorar esta relación, pues hay muchas cosas sencillas de hacer y cuestan tan poco, que todos salimos ganando”

Rosa Ledesma: entrega y compromiso Rosa Ledesma es una limpiadora de Serlimar en la Escuela Santísima Trinidad de Barcelona, en donde lleva ya 7 años. Su entrada fue por casualidad, según ella misma reconoce, tras quedarse sin trabajo como auxiliar de dentista. Dejado el currículo en las oficinas, y con la necesidad de encontrar trabajo, a punto de salir por la puerta solo pudieron ofrecerle una sustitución por un mes. A los diez días, la fundadora Marta Guasch ya le dijo: “Usted trabajará con nosotros hasta que usted quiera”. Y así ha sido. Tras un breve paso por la Residencia Universitaria Sarrià y el Benjamin Franklin International School (también clientes de Serlimar a día de hoy), acabó en las Trinitarias, nombre con el que se conoce comúnmente el colegio. Allí se encarga de una de las tres plantas del edificio, así como de las zonas comunes, junto a dos compañeras más. Su horario es de tarde, de las 16 a las 21 horas. Tantos años en el mismo centro hace que “seamos muy apreciadas por el cliente” y que las anécdotas de limpieza sean divertidas y vinculadas con las actividades de un colegio: desde la limpieza de ‘experimentos’ en el laboratorio hasta la limpieza de chocolate en los días del ‘almuerzo solidario’. Por suerte, no es a diario. No obstante, la entrega y compromiso de Rosa le ha llevado incluso a organizar una iniciativa en el pasillo del colegio donde limpia. Con el visto bueno de Dirección, los tutores y el profesorado, deja bolsas de basura grandes en cada clase para que todos los recortes de manualidades que se hagan se dejen dentro de esa bolsa. Con esta simple acción, la clase está más limpia, ella tiene menos trabajo y los alumnos se sienten implicados y responsables de ese trabajo. Al finalizar la iniciativa, Rosa pasa por la clase más colaborativa para, entre todos, aplaudir la ayuda prestada. Ya lo dice Rosa: “Teniendo en cuenta que somos trabajadores prestados, quien realmente debe valorarte es el cliente. En este contexto, la buena relación con el cliente es fundamental, pues facilita las labores de limpieza. Consultar al servicio de limpieza debería ser primordial para mejorar esta relación, pues hay muchas cosas sencillas de hacer y cuestan tan poco, que todos salimos ganando”

El personal de limpieza es el más importante en cualquier centro de trabajo. El menos valorado, pero el más importante. Sin nosotros no funciona nada… o funciona peor

Si debe marcar una fecha en sus años laborales, marca también los años duros del covid. “A nivel laboral y emocional fue durísimo. Empezar a trabar de una manera completamente diferente. Si antes la limpieza era importante, a raíz del covid se multiplicó. Desinfectábamos todos, doblando turnos, con un cuidado extremo porque los colegios eran uno de los focos más vivos. No dejabas nada sin ventilar, ni de desinfectar. Había que hacerlo todo, sí o sí. Que todo estuviera impoluto, manteniendo siempre un alto nivel de exigencia que, ahora, se siguen manteniendo. Por lo menos, nosotras en este colegio”. Y en cuanto a habilidades de una limpiadora, destaca también tener “mucha vista” y, sobre todo, “organización del trabajo. Aunque no dependas de una encargada, cada uno debe ser responsable de sí mismo”.

Un trabajo duro, pero imprescindible

Como se ha remarcado al inicio de este blog, el Día del Agradecimiento al Personal de Limpieza tiene como objetivo poner en valor el trabajo de todos aquellos que operan en el sector de la limpieza e higiene. Según los tres trabajadores de Serlimar entrevistados, se trata de un trabajo irreconocible en la mayoría de los casos y muy duro. Son invisibles, pero fundamentales. Son imprescindibles, pero poco valoradas. Reivindican que el personal de limpieza es el más importante en cualquier centro de trabajo. Sin ellos, no funcionada nada… o funciona peor.  Y Serlimar, desde este artículo y a través de tres de sus empleados, quiere reivindicar su labor, haciéndolo extensible al resto del equipo operativo. 

Tres historias. Tres vidas. Un nexo en común… Serlimar.

Para más información:

Departamento de Comunicación de Serlimar:  comunicacion@serlimar.es

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